Otro día mas que al despertar te das cuenta de que te ha dejado un beso en la comisura de los labios.
Lo de siempre, aseo, desayuno, manzana en la cartera y a la oficina.
Estás allí, mirando tus correos antes de comienza la jornada cuando suena tu teléfono.
Es tu hija, llorando muy alterada, con mucho miedo, mucho, implorando que vengas a casa que hay dos policías que quieren hablar contigo, que la máma ha tenido un accidente, CLIC.
La sangre desaparece de tus manos, de tu piel, se volatiliza.
Coges la bicicleta y pedaleando, un sudor frió surge del miedo y te preguntas porque hay dos policías en tu casa, porque si ha tenido un accidente están allí, y te dices, seguro que el accidente es grave, seguro que no ha sido una rozadura; y tu pensamiento no pasa de ahí.
Entras en casa y están allí, mirándote serios, apesadumbrados, y te piden que te sientes, y tu no te quieres sentar, quieres saber que ha pasado.
Entonces ellos se miran, el de mas rango se acerca a ti y te dice. Esta mañana en la ronda Litoral alrededor de las 6:30 su mujer ha tenido un accidente y lamento decirle que ha fallecido.
¿queeeeeeee?...
CLIC.
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